La fauna silvestre que habita en la zona de influencia de la ciénaga de Ayapel es muy importante por su valor ecológico, proteínico, de atracción turística y económica si se practica la zoocría. La presencia de la diversidad de fauna está relacionada con la vegetación de manglar, bosques, rastrojos, matorrales, áreas de inundaciones estacionales y a la existencia de la ciénaga y caños, en donde pueden desplazarse y aprovechar los recursos existentes.
La fauna avícola es la de mayor frecuencia en la zona de influencia de la ciénaga de Ayapel, pues tiene una amplia presencia, distribución y diversidad. Llegan aves migratorias provenientes de países con estaciones: unas son residentes y otras son visitantes ocasionales. Muchas de estas últimas migran localmente, condicionadas por los regímenes de lluvias y por la disponibilidad de alimentos.
Las especies ícticas en la ciénaga de Ayapel se han disminuido, encontrándose sólo 12 especies como representativas. Estas especies son: bocachico, comelón, nicurro, bagre rayado, pacora, blanquillo, moncholo, mojarra lora, mojarra amarilla, doncella, chango y viscaina. Las causas de su descenso son la utilización de métodos inadecuados de pesca, la extracción de ejemplares por debajo de la talla establecida por las entidades reguladoras y de control, y la contaminación de las aguas por el vertimiento de aguas negras y de productos agroquímicos.
En la zona de estudio se encuentra una gran variedad de reptiles, los cuales han venido disminuyendo por la caza indiscriminada que persigue su piel y sus huevos, además por la intervención acelerada de su hábitat natural. Entre ellas están: ranas, sapos, morrocoy, hicoteas, babillas, saltarroyo, iguana, lagarto, lobito, lagartija, boa, mapaná, bejuquillo, guardacamino, coral, patoco, montuno, camaleón, salamanqueja y caimán. Entre las especies amenazadas están el caimán (Caiman crocodilus fuscus).
En la zona del complejo de humedales de la ciénaga de Ayapel, se han reportado 74 especies de mamíferos, siendo las más abundantes las especies diurnas como la ardilla (Sciurus granatensis) y el armadillo (Dasypus novemcintus). Mientras que las especies de hábitos nocturnos, y generalmente solitarios, tienen bajos registros. En estado de amenaza se encuentra 22 especies, entre ellas, los primates como la marteja (Aotus lemurinus), el mono marimonda (Ateles belzebuth), el tis-tis (Sguinus oedipus), el mono aullador (Aloutta palliata), el mono cariblanco (Cebus capuchinus), por la destrucción de su hábitat y cacería para el comercio; otras especies como el manatí (Trichechus manatus), el ponche (Hydrochaeris hydrochaerus), por la alteración de su hábitat y la cacería para el comercio; también se encuentra fuertemente amenazada la nutria (Lontra longicaudis), por la pérdida de oferta alimenticia, como resultado de la contaminación de las aguas y la disminución del recurso pesquero (CVS, 2007, pp. 253-254).
Para la conservación y mantenimiento de las especies de la fauna amenazada es necesario que se preserve su hábitat, sus dominios, la productividad del medio, la cadena antrópica, entre otros factores.
En las orillas de la ciénaga de Ayapel y sus caños se conservan algunas especies nativas de árboles que sirven de sombrío al ganado y de cercas en los potreros y en las orillas de los caminos y carreteras. Las especies arbórea que aún se conservan son: el hobo (Spondias mombin), totumo (Crescentia sujete), roble (Tabebuia rosea), polvillo (Tabebuia ochraceae), ceiba (Ceiba pentandra), algarrobo (Hymenaea), naranjito (Crateva tapia), campano (Samanea saman), matarratón (Glicidia sepium), anime (Protium heptaphyllum), ceiba blanca (Hura crepitans), almendro (Terminalia catapa), caracolí (Anacadium excelsium), entre otros.
Las plantas acuáticas son indispensables para la supervivencia de los organismos acuáticos, pues suministran oxígeno, alimento, refugio y nidación a especies acuáticas. Las flotantes como la taruya (Eichornia crassipes) es productora de biomasa, son invasoras y en ocasiones originan islas flotantes. Las sumergidas crecen dentro del agua y son consumidas por peces como el bocachico. La vegetación arraigada emergente se compone de plantas que crecen en aguas poco profundas y proveen alimentos, protección y sitio de reproducción de muchos organismos. Las más representativas de estas últimas son los mangles. Las especies más comunes en la ciénaga de Ayapel son: la taruya o buchón (Eichhornia crassipers), la oreja de mula (Eichhornia azurea), la tripa de pollo (Neptunia oleracea) y la chavarria (Ludwigia helminthotthiza).
Otras ciénaga pequeñas como Las Brisas, Los Bagres, Playa Tendida, Páticos, Los Toros, Caimanera, Parva Danta, Los Cauchos, Cañaguate, La Ceiba, Atascosa, Los Zapales de la Miel y Los Pantanos de los Pájaros.
Las plantas acuáticas son indispensables para la supervivencia de los organismos acuáticos, pues suministran oxígeno, alimento, refugio y nidación a especies acuáticas. Las flotantes como la taruya (Eichornia crassipes) es productora de biomasa, son invasoras y en ocasiones originan islas flotantes. Las sumergidas crecen dentro del agua y son consumidas por peces como el bocachico. La vegetación arraigada emergente se compone de plantas que crecen en aguas poco profundas y proveen alimentos, protección y sitio de reproducción de muchos organismos. Las más representativas de estas últimas son los mangles. Las especies más comunes en la ciénaga de Ayapel son: la taruya o buchón (Eichhornia crassipers), la oreja de mula (Eichhornia azurea), la tripa de pollo (Neptunia oleracea) y la chavarria (Ludwigia helminthotthiza).Otras ciénaga pequeñas como Las Brisas, Los Bagres, Playa Tendida, Páticos, Los Toros, Caimanera, Parva Danta, Los Cauchos, Cañaguate, La Ceiba, Atascosa, Los Zapales de la Miel y Los Pantanos de los Pájaros.
Es una zona que presenta un drenaje moderado entre los cuales se destacan el río San Jorge, los caños, quebradas y arroyos: Monteadero, Zambitos, La Ceiba, Macho, Caño Barro, La Colorada, Las Escobillas y Quebradona, entre otras.